Lidia Blanca de Gonzalo tiene voz suave, modales apocados. Nada que denote que ha vivido muchas vidas en una. Nada que aparente que es dramaturga, pero también directora teatral, actriz, que fue maestra, profesora de piano, que estudió canto, y también danzas.
Lidia Blanco de Gonzalo es la autora de “Mascarita en la ventana”, la pieza que sube a escena en Fundación Cultural Patagonia el sábado 15, con dirección general y puesta en escena de Tato Cayón. Y para ella es la primera vez no sólo que su obra sale de Buenos Aires, sino que además, la dirige otra persona que no sea ella. “Estoy feliz, es un honor para mí”, se deshace en elogios sobre el director, al que conoció en un taller y al que la une un enorme cariño.
Antes del estreno de la obra, que será el sábado 15, a las 21, en el Auditorio Dr. Tilo Rajneri, de Fundación Cultural Patagonia, la dramaturga visitó la escenografía ya montada de la obra. “Me siento en la calle Corrientes”, celebró. “Ustedes son unos privilegiados por tener estos espacios, este escenario, todo este lugar tan hermoso que es Fundación”, dijo la autora, que en Buenos Aires está acostumbrada a producir y financiar obras en teatros independientes. “Allá es todo muy complejo y a pulmón. Veo esta escenografía y es un lujo. No la tuve yo en las siete funciones que hice en Buenos Aires”.
Ahora sólo espera ver qué ocurre el sábado, en el estreno. Quiere ver qué hizo Cayón con la obra, quiere ver cómo reacciona el público patagónico, qué pasa con la obra que ella escribió y que ahora tiene la oportunidad de venir a ver a Roca. “Me siento una privilegiada por este honor”, cuenta la dramaturga, que llegó el jueves a la ciudad, junto a su marido.
Lidia cuenta que comenzó tarde en la actividad teatral, que recién a los 50 años la invitaron a un taller de actuación y lo que sintió ahí la hizo darse cuenta de que no quería dejar la actividad teatral nunca más. Lo que hizo, entonces, fue ir a la Universidad y recibirse de licenciada en dirección teatral.
Esta es la charla con Lidia Blanca de Gonzalo, que sigue apasionada y deslumbrada por todo lo que el teatro le sigue dando, como directora, dramaturga o o actriz.